Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de junio, 2015

Echo de menos echarte de más

¿Ves? Y ahora llego a casa y todo lo que puedo hacer es arrepentirme por no haberte llamado para tomar una birra en el centro. Hasta que mi respiración se haga pesada y se cierren mis ojos. Mañana volverá a ser el mismo día. Me pone triste no tenerte. Supongo que mi manía de besarte y abrazarte, amor, era salvación. Quería salvarme de mí, de mi hastío, estaba huyendo de mi vida, metiéndome en la tuya. Me abriste tu mundo de par en par, todo lo compartías, lo tuyo era mío y lo mío parece más grande cuando estás tú. Y ya no estás tú. Fuiste mi muleta y te aplasté, la presión te quebró. Y ahora no tengo salida de emergencia que me evada de esta guerra. Parece que tendré que afrontarla. Hacerme frente, tomar las riendas, no dejarme llevar por la marea. Y no volver a sentir que mi alma está vacía sin tu calor, mi cama fría sin tu amor, mi pecho intranquilo sin tu piel. Y cuando no necesite muletas, salidas de emergencia ni salvavidas, seguramente lo mío será lo suficientemente grande c

Reiniciar es de inmortales

No deberías venir a buscarme. Ya no visto esa sonrisa que me dabas, no emano aquel calor que llenaba cada cuarto, cada mirada, cada abrazo. No tengo nada para darte porque ya te lo di. Y todo es nada cuando se trata de ti. Ya no quedan baluartes. Es más sencillo esperar que el río deje de sangrar, habrá que intentar que las lágrimas no vayan a parar al mar. Y cuando digo sencillo quiero decir natural, porque lo visceral sería correr a buscarte para decirte que nunca es tarde. Si se pudiera volver a empezar.