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Nada es verdad.

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mi sol de invierno

impensada, abrupta de hoy para mañana llegaste cálida y precisa a desenmarañar mis pájaros  cargados de palabra  presente, constante desde el lunes hasta el sábado me quedé en tu cama para descifrar tus ojos inundados de nostalgia llovió en tu corazón y dos días en tu ciudad lavamos la ropa interior y algunos variados trapos sucios  que no habíamos  manchado hoy llegó el sol de invierno cálido y preciso a recordarnos que se puede ser paz impensada, abrupta, presente y constante eres el enero  más bonito que retengo

velocidad de procesador

bajo impacto: 6 días,  tras un paseo acelerado; medio, 37 semanas en medio de una ducha que me abrace la piel; grave y crítico: 19 meses despierta a deshoras,  informes revelan periferia helada y cerebro sobrecalentado bajo umbral,  demasiado ataque,  mucho sostener  y poco soltar excesiva compresión 60 segundos shutdown 

todo sigue igual (II)

saldrás algún día de la mentira de tus seudónimos y falsos nombres? harás hogar en algún puerto mientras resistas las ganas de quemar todas y cada una de mis naves? reconoceré tu voz cuando no espejes al conveniente interlocutor que proteja tu escindida y escuálida autoimagen? me iré alguna vez de los amores rogados, escupidos, injuriados y calumniados? seré por fin ave que confíe en sus alas aunque tema volar? no tengo más certeza que mi inmovilidad pasada y tu futuro imposible en mi apnea de la vigilia solo pasa el tiempo y todo sigue igual 

Peligro grave e inminente por hundimiento de navío

La capitana es transparente mis manos como mi voz le atraviesan sin esfuerzo  La capitana está contenta al fin una tormenta digna de batirse en duelos  contra su nunca insigne,  íntegra, incólume nave La capitana no me mira sus ojos fríos, huecos se clavan en un horizonte azul, morado, gris La capitana apenas parpadea  muestra casi tenebrosa la mueca aquiesciente de quien sabe  que se ha de quedar La capitana asiente levemente Abarco el vacío de su cuerpo  en un falso abrazo  Me da la venia,  la razón y su perdón  La capitana resiste inerte el oleaje,  bastión extenuado,  ya apenas escudo,  mientras preparo el bote  hacia utopías soleadas  La capitana está contenta  al fin una de las dos escapa de la que será por fin la definitiva tormenta incontestable 

buscando tu eco

no me ha gustado  últimamente hablarte ha sido estéril como el quirófano teórico  contra el que lanzo mis tripas deseando que desenredes tanta crudeza pero no estabas cerca nunca lo has estado buscando tu eco me topé de bruces con la misma y constante muralla de siempre el muro permanece  además de la sangre  de mis entrañas y de mis manos (extrañas  de mí pero gritan tu nombre)  lo apuntalan los despojos del pedestal que no me pides y sin embargo defiendes dos o tres veces al año recurrí a tu luz  es lo que mejor se me da acaso la opción juiciosa  cuando la palabra cercena el papel abrasa el discurso titubea y la narrativa acaricia  el bucle irredimible  de la autodestrucción